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domingo, 10 de noviembre de 2013

MIXTURA DE SENTIDOS


Por Alejandra Rube

Pensar en un parque es pensar en espacios grandes, con muchos árboles, el color verde que prima en cada rincón y juegos de esparcimiento.
 Al asistir al Parque Lezama lo primero que se puede observar es la gran cantidad de puestos de los feriantes, de los cuales algunos están sobre las veredas y otros dentro del parque. 
Paseo de la feria en el Parque Lezama  (Foto: Rube) 

La concepción de “feria artesanal” aquí es diferente, al menos eso sucede en la actualidad. La artesanía está ausente, algo que sorprende ya que hace más de diez años atrás la feria tenía otro aspecto en cuanto a la venta de productos. Venta de ropa, zapatos, accesorios para los más chicos, y hasta algún que otro rebusque: arreglos de bicicletas, por ejemplo. 
El viento de esa tarde de sábado anunciaba un mal tiempo para los próximos minutos, por lo que un feriante decía: “Recién perdí una venta por estar levantando mis cosas para irme”, contaba a otro compañero. 

Encontrar algún mate grabado, una pintura, un cuadro, era imposible en un panorama de “feria americana”, donde los precios son bastante accesibles para todo tipo de público.
Un turista de Montevideo, Uruguay dijo al respecto que: “No hay mucho para destacar, es una feria barrial como muchas, con algunos precios convenientes. Es para pasar un rato si se vuelve de visitar Caminito/La Boca hacia el Microcentro”. 

Uno de los monumentos que se sitúan en el parque (Foto: Rube)
Por otra parte, las tensiones de agrupaciones de vecinos de San Telmo con el Gobierno de la Ciudad, se plasman en carteles escritos con aerosoles y también en los monumentos, dan el mensaje de que están en contra del enrejado que se tiene planificado para este parque con el fin de terminar con la inseguridad. 
En ese marco, la Asociación Civil Mirador del Lezama intenta concientizar respecto a su valor patrimonial y a la necesidad de recuperarlo como lugar de paseo para los habitantes porteños. “Este no es un parque cualquiera, ya que es uno de los dos parques en barranca de la Ciudad. Es un monumento histórico nacional por título de honor pero, lamentablemente, esto no ha servido para protegerlo en la práctica”, comentó Graciela Fernández, integrante de la organización.

¿Dónde estará el banco? (Foto: Rube)
Otro de los sectores más interesantes del parque, es el Museo Histórico Nacional, el cual se encuentran en buen estado, y en donde esa noche abrirían a todo el público por el evento de “La noche de los museos”. 
Mientras un grupo de turistas estaba recorriendo el lugar junto a una guía turística, familias se entretenían en los juegos que dispone el parque, así como su calesita que está cercana a la cancha de bochas vacía. 
La falta de mantención se ve en ciertos sectores que no cuentan con pasto, casi no hay bancos de los antiguos, sólo se disfruta de la vista de las grandes palmeras que decoran y dan vida al parque. 


A lo lejos la feria, en el parque poco césped (Foto: Rube)
Las lomadas del territorio son llamativas y desafiantes que invitan a querer subir y descubrir. Lo cierto, es que la desolación, el desamparo y la tristeza se asoman en esta tierra abatida casi sin vida, con sus monumentos gloriosos que son visitados por aquellas personas que no tienen lugar para vivir a hacer sus siestas eternas, mientras los visitantes pasan por al lado con indiferencia. 


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