Los artesanos de la feria del Parque Centenario tienen algo en común que
los une bajo las copas de los frondosos y añejos árboles cuando llegan los
fines de semana; y que a través de sus caminos se encuentran para compartir su
pasión: la artesanía.
Milton, Haydée y “La Negra”
expresaron el mismo deseo cuando se les preguntó qué harían de sus vidas si el
tiempo retrocediera. Los tres –sin pensarlo demasiado- respondieron con rapidez
que volverían a elegir ser artesanos como forma de vida, y a Centenario como
lugar de pertenencia.
Solidaridad y unión siempre fueron
los ingredientes naturales de la esencia que habita en esa feria. Las
despedidas y reencuentros siempre fueron muy emotivos, pero el cuidarse entre
todos es la base fundamental de sus lazos.
Cuando ocurrió el accidente de
Silvanita –artesana en madera- todos acudieron a su puesto hasta que la
pudieron trasladar al Hospital Durand, donde estuvo internada por más de un mes
y acompañada por sus compañeros que -con preocupación- fueron a visitarla
mientras transitaba su recuperación.
Cuando se incendió el camión de
Milo, que es el encargado de guardar las mercaderías allí, todos colaboraron
con una colecta para ayudar a los más afectados que lo habían perdido todo y de
esa forma darles apoyo para que vuelvan a empezar.
![]() |
| Parque Centenario (Foto: Lourteig) |
Cuando Milton –artesano en
alpaca- decidió ir a probar suerte a Venezuela, todos lo despidieron con los
mejores deseos, pero él nunca dejó de tener contacto con sus compañeros y
amigos de Centenario, y meses más tarde los emocionó con la noticia de que iba
a ser papá. Y pese a que las playas caribeñas son atractivas para favorecer el
turismo y así su labor artesanal, Milton decidió volver con su mujer y su hijo
ya nacido para ocupar nuevamente ese lugar que dejó en el parque Centenario,
rodeado del afecto de sus amigos que aguardaron ansiosos su llegada para
conocer a Ciro, su pequeño heredero venezolano.
Haydée –la titiritera- viajó
mucho en sus comienzos por las diferentes ferias del país, pero en el momento
de tirar anclas, eligió el Parque Centenario para estar conectada con la
naturaleza. En la actualidad ni piensa en hacer intercambio algún fin de semana
para otra feria, porque no cambia los mates que comparte con sus compañeros por
la soledad en algún puesto de otra feria del sistema. La energía está en
Centenario, entre los artesanos que tienen buena vibra, es una conjunción de
diversas energías donde emerge sólo una que los une positivamente a todos.
![]() |
| Parque Centenario (Foto: Lourteig) |
“La Negra”, definitivamente echó
raíces junto a los centenarios árboles del parque. Vivió muchas experiencias,
en las malas tuvo el apoyo de quienes realmente la quieren y eso la fortaleció
para seguir su lucha en el parque, donde muchas veces tiene que hacer valer su
derecho y el de sus compañeros artesanos para que sean respetados en sus
lugares de trabajo, donde se ganan la vida con dignidad y va tejiendo redes de
amistad y camaradería con sus pares cada fin de semana que pasa a lo largo de
tantos años que transita ese césped, esos pasillos, esos dorados otoños, esos
inviernos fríos, húmedos y lluviosos, esas primaveras ventosas y esos veranos
insoportablemente calientes.
La feria de Centenario es única,
como lo es la pieza de cada artesanía de cada artesano. A veces parece que
están dispersos, pero si tocan a uno, tocan a todos y eso se nota cuando se
unen en un solo frente y batallan contra alguna injusticia que les depara el destino.


No hay comentarios.:
Publicar un comentario