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lunes, 18 de noviembre de 2013

CENTENARIO TODO UN SENTIMIENTO

Por Gabina Lourteig

Los artesanos de la feria  del Parque Centenario tienen algo en común que los une bajo las copas de los frondosos y añejos árboles cuando llegan los fines de semana; y que a través de sus caminos se encuentran para compartir su pasión: la artesanía.

Milton, Haydée y “La Negra” expresaron el mismo deseo cuando se les preguntó qué harían de sus vidas si el tiempo retrocediera. Los tres –sin pensarlo demasiado- respondieron con rapidez que volverían a elegir ser artesanos como forma de vida, y a Centenario como lugar de pertenencia.
Solidaridad y unión siempre fueron los ingredientes naturales de la esencia que habita en esa feria. Las despedidas y reencuentros siempre fueron muy emotivos, pero el cuidarse entre todos es la base fundamental de sus lazos.
Cuando ocurrió el accidente de Silvanita –artesana en madera- todos acudieron a su puesto hasta que la pudieron trasladar al Hospital Durand, donde estuvo internada por más de un mes y acompañada por sus compañeros que -con preocupación- fueron a visitarla mientras transitaba su recuperación.
Cuando se incendió el camión de Milo, que es el encargado de guardar las mercaderías allí, todos colaboraron con una colecta para ayudar a los más afectados que lo habían perdido todo y de esa forma darles apoyo para que vuelvan a empezar.
Parque Centenario (Foto: Lourteig)
Cuando Milton –artesano en alpaca- decidió ir a probar suerte a Venezuela, todos lo despidieron con los mejores deseos, pero él nunca dejó de tener contacto con sus compañeros y amigos de Centenario, y meses más tarde los emocionó con la noticia de que iba a ser papá. Y pese a que las playas caribeñas son atractivas para favorecer el turismo y así su labor artesanal, Milton decidió volver con su mujer y su hijo ya nacido para ocupar nuevamente ese lugar que dejó en el parque Centenario, rodeado del afecto de sus amigos que aguardaron ansiosos su llegada para conocer a Ciro, su pequeño heredero venezolano.
Haydée –la titiritera- viajó mucho en sus comienzos por las diferentes ferias del país, pero en el momento de tirar anclas, eligió el Parque Centenario para estar conectada con la naturaleza. En la actualidad ni piensa en hacer intercambio algún fin de semana para otra feria, porque no cambia los mates que comparte con sus compañeros por la soledad en algún puesto de otra feria del sistema. La energía está en Centenario, entre los artesanos que tienen buena vibra, es una conjunción de diversas energías donde emerge sólo una que los une positivamente a todos.
Parque Centenario     (Foto: Lourteig)

“La Negra”, definitivamente echó raíces junto a los centenarios árboles del parque. Vivió muchas experiencias, en las malas tuvo el apoyo de quienes realmente la quieren y eso la fortaleció para seguir su lucha en el parque, donde muchas veces tiene que hacer valer su derecho y el de sus compañeros artesanos para que sean respetados en sus lugares de trabajo, donde se ganan la vida con dignidad y va tejiendo redes de amistad y camaradería con sus pares cada fin de semana que pasa a lo largo de tantos años que transita ese césped, esos pasillos, esos dorados otoños, esos inviernos fríos, húmedos y lluviosos, esas primaveras ventosas y esos veranos insoportablemente calientes.

La feria de Centenario es única, como lo es la pieza de cada artesanía de cada artesano. A veces parece que están dispersos, pero si tocan a uno, tocan a todos y eso se nota cuando se unen en un solo frente y batallan contra alguna injusticia que les depara el destino.

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