Artesanos en baires
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viernes, 20 de diciembre de 2013
lunes, 25 de noviembre de 2013
EL DINERO NO PUEDE COMPRAR LA VIDA (B. MARLEY)
Por Patricia Lamperti
En el barrio de Belgrano se encuentra la feria de artesanos de la redonda, se llama así porque dentro de la plaza Manuel Belgrano hay una iglesia redonda, muy hermosa y de alrededor de 1810.
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Feria artesanal de la Plaza Manuel Belgrano (Foto: Lamperti) |
Además de la feria con sus artesanos, hay artistas callejeros, el clásico puesto de garrapiñadas y, manzanitas acarameladas con pochoclo, los soñados copos de azúcar y por supuesto el infaltable pirulinero.
Recorriendo la feria se lo puede encontrar a Eduardo un artesano de 48 años, que ama el sur de nuestro país y allí busca las piedras para todos sus trabajos, hace aros, collares, pulseras y solitarios. Cada pieza es única no hace una igual a la otra, dice que así cada uno puede tener su modelo y que aunque quisiera no sería igual, por la elaboración y el amor que él pone en cada uno de sus trabajos.
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Trabajos de Eduardo (Foto: Lamperti) |
Eduardo se crio en la localidad de Villa Martelli, con sus abuelos alemanes ya que como eran varios hermanos a él le toco quedarse con ellos y por eso sus costumbres son muy tradicionales, lamentablemente cuando el tenia catorce años su abuelo Roque, falleció del corazón y se quedó con su abuela a quien le decían “LA MUTTER” (alemán), significa a la madre, razón por la cual Eduardo salió a trabajar para poder llevar el dinero a su hogar, primero empezó vendiendo brochas para afeitarse, ya que era un auge en ese momento, pero eso no le daba más que para la comida del día entonces empezó a ver qué era lo que podía hacer y no dejar el colegio, así empezó a jugar con algunos alambres y crear.
Y así el empezó a diseñar sin darse cuenta, sin embargo le llevo mucho trabajo poder insertarse en el mercado, ya que hoy en día los artesanos son más considerados por el público en aquella época eran unos vagos, y el lucho contra todo eso, prejuicios, desprecio y hasta muchas veces violencia.
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Artesanías que realiza el artesano (Foto: Lamperti) |
Sin embargo el tiempo le demostró que no era el único y encontró esta feria donde pudo realizar su sueño, y compartir con otras personas su pasión de crear, a su lado esta Melisa, tiene 52 años y hace jabones, ella se quedó sin nada y con una nena de 10 años, primero empezó por ser cartonera hasta que un día se propuso hacer algunos jabones para vender en los colectivos, y así de apoco empezó a salir de su tristeza, y no solo eso, en sus jabones transmite mensajes de alegría y amor, que para ella es lo más importante, dice “podría desear tener mucho dinero, pero me hubiera perdido de todo el amor que me brinda mi familia de la Feria”.
Ella agradece a Eduardo por apuntalarla y no haber sido egoísta, está convencida que cada uno tiene su historia y su cruz pero que si uno se cruzara con personas como “el negrito” como le dice Melisa el mundo sería mucho más benévolo y alegre.
Eduardo afirma que la feria es su lugar en el mundo y si tuviera la posibilidad de elegir una vida, elegiría esta misma, con sus luchas, tristezas, abandonos pero con la recompensa grande que da el amor si uno pelea día a día sin importar y se da cuenta que lo realmente maravilloso está dentro de uno.
lunes, 18 de noviembre de 2013
CON ACENTO PORTEÑO
Por Patricia Costanzo
Es una calle museo y un lugar tradicional de gran valor cultural y turístico. Es muy diferente a otras ferias artesanales debido a sus colores, a los turistas que la transitan, es populosa y pintoresca. Está estructurada en los viejos conventillos pintados con vívidos colores contrastantes en los que predominan el rojo, amarillo, verde, celeste, azules… En este sector del barrio de La Boca, las antiguas viviendas de los inmigrantes italianos se transformaron en locales y talleres. Habían llegado para trabajar en la zona portuaria y mas tarde trajeron o formaron familias a fines de 1800. Una antigua vía y estación estación ferroviaria, de la que no queda ni el nombre en algún cartel que la recuerde, la atraviesa fantasmal. Remite a un viejo tren que hace tiempo dejó de pasar (1928) y es una frontera difusa que divide el circuito. Ese terreno, que había quedado abandonado, fue recuperado por algunos vecinos entre los que se encontraba el pintor Benito Quinquela Martín en 1950 y bautizado con el nombre de caminito en homenaje al tango canción compuesto por Juan de Dios Filiberto (música) y Gabino Coria Peñaloza (letra) Este tango compuesto en 1926, fue grabado inicialmente por Carlos Gardel, aunque logró su mayor éxito con la interpretación de Ignacio Corsini
MAGIA
Por Patricia Lamperti
El sol un sábado a la tarde en Plaza Italia puede remontarte a una tarde de playa porque al encontrarse en un boulevard en el medio de avenida santa fe el viento se arremolina y es más fuerte que el habitual, no hay muchos reparos para los rayos solares al menos que te sientes entre medio de los puestos de libros que se encuentran en el principio de la feria, allí uno puede comprar libros nuevos, usados o intercambiar por lo que necesite, por lo general según Roberto los sábados a la mañana muchos adolescentes van a buscar los libros que le piden en la secundaria, clásicos como Fuenteovejuna, El túnel de Sábato, cuentos de la selva, entre otros.
Feria de libros en Palermo (FOTO: Lamperti |
Roberto tiene 56 años y desde los 20 que está en su puesto y dice que es realmente feliz porque ama los libros y cree que de esta manera evita que muchos terminen en la basura o destrozados, no le importa el calor que siente bajo este puesto de chapa que emana el doble o triple de calor, disfruta de unos mates con sus compañeros sentados cerca del cordón de la vereda y dejando que los visitantes ojeen los libros.
Cerca de Roberto hay un grupo de chicos que duerme en la feria entre los puesto, tienen sus colchones, y así se cubren del sol o de la lluvia.
Puestos artesanales (FOTO:Lamperti) |
La Feria se divide en dos partes , la parte de los libros y una parte que hace muchos años que no estaba funcionando como en los comienzos, que es la parte de los artesanos, están felices de que por fin se vuelva a reinaugurar la feria de Plaza Italia con 15 puestos, un delegado que los representa frente al sistema y por supuesto el compartir cada fin de semana con gente amorosa y amena, es el caso de Noelia, una artesa de 34 años que tiene una sonrisa de oreja a oreja, pelo azabache, lacio, su trabajo se basa en hacer duendes con macilla, su puesto es mágico, de los bordes cuelgan tiras de telas de colores que con el vientos se flamean y parece de un cuento de hadas, dice que la vida de artesana es una elección, que la hace feliz y no lo cambiaría por nada, viaja por todo el país y dice que este trabajo la lleva a conocer muchas personas y almas bondadosas.
Feria de libros usados (FOTO: Lamperti) |
Enfrente a la feria se pueden ver bancos de cemento redondos que están pintados por artistas con diferentes motivos, su puede ver a Cortázar, Nini Marshal, y muchos personajes más, es uno de los lugares más característicos de Palermo y sobre todo de la ciudad de Buenos Aires.
INAUGURARON MURALES EN LA FERIA DE PLAZA ITALIA
Por Patricia Lamperti
Durante el evento Maximiliano Corach, presidente de la comuna 14 del barrio de Palermo dijo el motivo por el cual es tan importante la inauguración de dichos murales “el valor de esta obra para el barrio de Palermo, ya que le cambia la cara a esta zona y la convierte en un lugar mucho más amigable para los vecinos, los turistas y los libreros que trabajan todos los días en este lugar” y agradeció a los artistas que realizaron los murales “por haber convertido esta feria en una obra de arte”.
Funcionarios porteños, entre ellos Horacio Rodríguez Larreta, y cerca de 50 artistas presentaron ayer los murales pintados en los puestos de libros de Plaza Italia. En total, son 56 intervenciones cuyos motivos fueron elegidos por cada uno de los 48 puesteros de Av. Santa Fe y Darregueyra.
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Murales de la feria (FOTOS: Lamperti) |
Entre los artistas que hicieron las obras están Inés Patrón Costas, que se destaca por sus flores realizadas en acuarelas en varias de sus obras, Magdalena Castilla Sastre y Claudio Roncoli.

El jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta sugirió que sería maravilloso tomar esta iniciativa para diferentes puntos de la ciudad de buenos aires para embellecerla y así la gente cuidaría mucho más las calles y se incorporaría la cultura y el arte.
VIVIR FELIZ
Por Patricia Lamperti
Álvaro es un artesano de ley, tiene 55 años realiza diferentes trabajos como aros, pulseras, collares, anillos y todo lo consigue el, viaja por nuestro país, por Brasil e incluso por Europa, pule las piedra que utiliza y mientras esta en el puesto siempre está trabajando y lo que le pidas él lo hace, a pesar de ser un artesano viste de lo más formal, hasta tiene gel en el pelo.
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Artesanía que realiza Álvaro (FOTO: Lamperti) |
Dice que disfruta mucho de este trabajo y ya se está preparando para viajar a la costa atlántica de la Argentina, que por cierto va con otros artesanos con quienes alquilo una casita con pileta y de día caminan toda la playa bajo el sol, que por cierto a veces se les complica porque la arena quema de verdad, pero según Álvaro trabajar con el mar al lado no tiene precio, vive con su esposa e hijos, y dice nunca les falto absolutamente nada, incluso pudo desarrollar su pasión por el ciclismo, que también lo ayudo para poder recorrer diferentes paisajes y encontrar piedras y semillas con las cuales realiza sus artesanías.
Sin embargo el considera que no podría vivir en lugar estable todo el año en invierno se va a Brasil a recolectar lo que necesita para su arte, trabajar y dejar casi todo listo lo que va a traer para la primavera - verano para Argentina, vive un tiempo en capital y después parte para las playas.
Él se compara con sus hijos uno de ellos, Agustina de 30 años es maestra y dice que jamás podría seguir el ritmo de vida de ella, si bien ella se crio entre artesanos y con este modo de vida, nunca le gusto, ella necesita un lugar fijo, esto de volver siempre a casa y para Álvaro su casa está en las personas que ama y sobre todo con su compañera de la vida Mecha, que siempre lo siguió a todos lados y apoyo su decisión y su pasión.
Álvaro tiene un lema vivir siempre feliz y transmitirlo para que los demás puedan lograr entender que no se necesita mucho para vivir como en el paraíso.
UN CLARO REFLEJO DE LA SOCIEDAD
Por Patricia Costanzo
Casi sin darse cuenta, invade la desidia. En cada lugar con ribetes atractivos para los visitantes reina la ausencia de un papelero, faltan restos de una obra de arte o pedazos de un cartel informativo. Es casi una constante, pero en cada espacio emblemático se nota el descuido de aspectos que deberían brillar por su rica y vasta historia.
Apenas a 50 metros, tras bajar de un micro, turistas chinos y alemanes quisieron conocer (en cuadro informativo) el nombre de las calles y puntos vecinos del lugar en el que desembarcaron para conocer el espíritu del pasado argentino. Sin embargo se encontraron con la primera sorpresa: el cartel luminoso se asemejaba a un rompecabezas. Por supuesto que sin las piezas que lo conformaban, la imagen se transformó en una faceta triste alimentada por rasgos de esta sociedad.
La visita siguió por el reconocido Caminito. Los artesanos completan una escenografía característica del barrio portuario; los extranjeros recorren minuciosamente cada rincón sin perder detalle. Todo parece transcurrir en un plano normal y tranquilo. Algunos, tal vez la mayoría, desconocen el manejo y la disputa entrelazada con “trapitos” y arrebatadores que ponen en riesgo sus integridades.
Turistas
sorprendidos. No encontraron explicación al
vandalismo y la desidia. (FOTO: Costanzo)
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Desconcierto y gestos adustos. Es la imagen que devuelven las caras de extranjeros por carteles rotos, calles colmadas de papelitos y botellas vacías en Vuelta de Rocha, La Boca. El asombro se acrecentó durante el tránsito, por las callecitas empedradas, por la ausencia de policías.
Los focos más conflictivos parecen invisibles. Dan la sensación de no existir; pero están en el centro de las convergencias étnicas que pueblan el centro turístico de la zona sur de la Ciudad.
Apenas a 50 metros, tras bajar de un micro, turistas chinos y alemanes quisieron conocer (en cuadro informativo) el nombre de las calles y puntos vecinos del lugar en el que desembarcaron para conocer el espíritu del pasado argentino. Sin embargo se encontraron con la primera sorpresa: el cartel luminoso se asemejaba a un rompecabezas. Por supuesto que sin las piezas que lo conformaban, la imagen se transformó en una faceta triste alimentada por rasgos de esta sociedad.
Ambos grupos son parecidos, pero distintos. Unos pujan por una propina establecida (presión violenta mediante) a los automovilistas; los otros tienen incorporado, casi como un arte, la disciplina de arrancar elementos valiosos y emprender fugas similares a las películas de acción.
En ocasiones las riñas entre ellos se teje por el “territorio”, en el lenguaje de la calles el terruño es motivo de peleas violentas para dirimir quien dispone del espacio.
En ocasiones las riñas entre ellos se teje por el “territorio”, en el lenguaje de la calles el terruño es motivo de peleas violentas para dirimir quien dispone del espacio.
Esas son escenas cotidianas que los turistas, entusiastas por llevar un buen recuerdo, desconocen. En marzo; una batalla, “de las de siempre”, generó algunos heridos neutrales que solamente tomaban fotografías.
“Son los de siempre, empezaron a discutir por los metros que le correspondía a cada uno para cuidar los coches (autos). No pensamos que llegaría a tanto, pero cuando vimos que sacaron navajas: guardamos las mercancías para evitar problemas”, confió Emmanuel, un pintor de cuadros que fue testigo privilegiado de la revuelta entre “cuida coches”.
Paradójicamente los riegos y la desidia no disminuyen el turismo en Buenos Aires. Tal vez porque no son promocionados en los paquetes turísticos. Aun así, desde el Gobierno de la Ciudad elaboran un plan (sobre ensayo y error) para la erradicación de los “trapitos”. Quizás ese sea el comienzo para librar a todos de los ataques, robos y “presiones voluntarias”, en conjunción con la reparación de carteles informativos y la limpieza en las calles.
¿Será es la solución para combatir el vandalismo?, ¿Sé terminarán los robos?, ¿el abandono? Tal vez sea utópico pensar en una sociedad pura y mansa. El problema real es la violencia y eso no parece tener limitaciones, menos la posibilidad de extirparla.
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